El guardián de mis sueños

Ayer por la noche me invadió una intensa y profunda parálisis del sueño.

Habité otro plano. Intrincado, falso para mi mente, mentiroso.

El teléfono sonaba bajito... yo escuchaba algo de fondo. 'Si estoy durmiendo y no puse música' pensé... pero sí, descreída lo tomé y lo acerqué a mi oído... sonaba 'El Kueglue'. Asombrada lo pausé y me dispuse a dormir nuevamente, creyendo que verdaderamente estaba despierta mientras esto sucedía.

El sueño insistió y siguió para entrar en mi un poso más profundo. De lo que no se dió cuenta mi inconsciente es de que yo sí me iba a dar cuenta de que esa no era mi verdadera vida, sino que era una vida, o momentitos de una vida muy similar a la mía, dentro de mi propio sueño, en mi propia vida...

Ahora ya no era el teléfono con música, era la computadora con una serie prendida.

Vi la compu, vi y escuché la serie.

Lo ví y no lo creí.

'Es mentira' pensé...

Quise con fuerza levantar mi puño para quejarme y salir, pero no pude, mi cerebro mandaba la orden, pues mi cuerpo no respondía. Estaba petrificado, paralizado.

Luché!

Me quejé!

Lloré sin ánimos de rendirme!

Hasta que apareció él, pisoteando mi cuerpo con sus cálidas y suaves patas.

Cuando él me visita en sueños es porque si bien la cosa parece peluda, en verdad todo está bien, es información que preciso ver, sentir, escuchar, vivenciar...

Me caminó por encima buscando acomodarse, lo sentí, sentí su carne sobre mí.

Se acurrucó entre la pared y mi cuerpo, sobre la frazada. Luego volvió a pararse y se pasó a la silla con la que duermo al lado de mi cama.

Si bien él estaba ahí, yo seguía intentando moverme, luchando para salir... hasta que el se acomodó y acurrucó en la silla. Fue ahí cuando me rendí y comprendí que era el guardián de mis sueños más profundos... mi gato, Budín.